CAPÍTULO II

Aparición de la Virgen de la Sierra

La tradición oral perpetuada a través de siglos, o los textos escritos con posterioridad a la fecha de¡ suceso a los cuales debemos recurrir para relatar la aparición de la Virgen, cuentan de diferentes maneras, según cada fuente, los hechos que acontecieron en la Sierra.Constituían las montañas y valles que conforman geográficamente la Sierra de la Virgen desde tiempos inmemoriales, espléndidas dehesas comunales' donde los diferentes ganados porcinos, lanares y vacunos tenían su principal reserva alimenticia. Uno de los pastores de aquellos rebaños, del cual no nos ha llegado el nombre, se encontraba cierto día ejerciendo su cometido de cuidar y controlar el ganado en la partida o lugar denominado "La Salzeda"l -en la actualidad "El Salcedo'@-, cuando observó que se apartaba, tal como otros muchos días venía haciendo, una de las vacas del rebaño, encaminándose monte arriba hacia el lugar donde se encuentra actualmente el Santuario.' Extrañado y curioso el pastor se decidió a seguir al animal para comprobar adónde se dirigía, y llegando al lugar, contempló sobre la copa de un roble la aparición de la Virgen María acompañada de un coro de ángeles ento- nando cánticos celestiales.Continúan refiriendo las antiguas narraciones que el pastor se acer- có lleno de admiración ante el maravilloso prodigio, arrobado por la aparición y presencia de la Santísima Virgen. Ésta le llamó por su nombre, dándole al tiempo ánimo, consejo y resolución. Vio, pues, el pastor la venerable imagen rodeada de toda su corte de ángeles, y escuchó cómo María dulcemente le ordenaba bajar al pueblo de Villarroya para dar noticia de lo que había visto y oído, diciéndole comunicase que era su voluntad el que allí mismo, en lo alto de la Sierra, construyesen para gloria, honra y nombre, una ermita o templo donde dar culto y veneración a la imagen que allí apareció.Bajó inmediatamente el pastor a Villarroya para comunicar a los moradores del lugar la manifestación y deseo de la Santísima Virgen,acordando éstos subir en procesión a la cumbre para contemplar la aparición asombrosa. Llegados al lugar, comprueban atónitos la realidad relatada por el pastor, y postrados en tierra, prorrumpen en voces de alabanza y emocionadas oraciones.Ocurrió posteriormente que debido a los 14 km. de distancia entre el pueblo y la cumbre -que suponían tres horas de camino a lomos de caballería o andando-, y la dureza del clima por causa de su altura (1.418,294 m.), decidieron construir la ermita para dar culto a la imagen en el Salcedo, lugar desde donde se apartaba la vaca, apreciable por su belleza y acomodado más cercano a la villa. Así, pues, una vez levantada la ermita, instalaron en ella la sagrada imagen aparecida en la cumbre, pero ésta desapareció volviendo a la cúspide, y aunque de nuevo la bajaron, nuevamente se volvió a subir, en vista de lo cual los villarroyenses entendiendo al fin los deseos de María y lo que le había dicho al pastor, se decidieron a construir un nuevo templo en la cima del monte en el mismo lugar donde estaba el roble en que se apareció la primera vez.Así se edificó el nuevo Santuario en lo alto y la imagen no volvió jamás a desaparecer de aquel emplazamiento por ella deseado.Sobre esta primitiva y sencilla ermita, situada definitivamente en lo más alto de la sierra, ordena construir posteriormente el rey Alfonso 1 "El Batallador" la gran Casa y Santuario de cuya magnificencia nos han llegado algunas descripciones. Descripción de la imagenNada sabemos sobre la primitiva imagen que según las más antiguas referencias dejó en lo alto del roble tras su aparición la Virgen de la Sierra. También desconocernos si hubo representaciones posteriores de la misma y si ésta, junto con el niño y el orbe, formaba un todo perfecto.La imagen conservada en nuestros días resulta completamente atípi- ca, ya que, arbitrariamente, todo lo que presenta como tal se reduce a la cabeza y mano de la Virgen y cabeza del Niño jesús.' El resto consiste simplemente en el manto relleno con distintos lienzos, conformando en su interior un sencillo bastidor que le da firmeza.Son, pues, perfectamente desechables todas las relaciones y descrip- ciones hechas de un tiempo cercano a esta parte por diversos autores - sin duda producto de la copia de textos anteriores y no de la rigurosa comprobación-, en las cuales se da por sentado el hecho de ser la representación de esta imagen una talla completa.Fray Roque Alberto Facil nos traslada una amplia y valiosa descripción de la imagen de la Virgen y su conjunto, especificando en ella de manera resucita la naturaleza del material del cual está construida:Es la S. Imagen de piedra: su trono visible descansa, ò cubre el Robre, en que apareció: está oy seco, pero guardado, como se deve: tiene N. Sra. en su mano derecha una Sierra: al Niño Jesus tiene en medio, ò delante del pecho, y este en su mano izquierda sustenta un Orbe, donde se ve fixada una Cruz: con la derecha haze ademan de dar la bendicion: No permite N. Sa. que hombre, ni muger estèn presentes, quando su Capellan Camarero la viste sus preciosos Mantos. Apareció con un Mantico de felpa verde, el que jamás se ha quitado á la S. Imagen, ni lo permite N. SraResulta evidente que no se corresponden los materiales descritos por Fray Roque Alberto Faci con la representación actual de la Virgen, ya que realmente todo el conjunto (cabezas y mano), está tallado en madera policromada. Se nos ocurre pensar que quizá informa sobre alguna otra talla o escultura desaparecida anterior a la actual y de la cual no tenemos noticia.Más sucintamente, Juan Bautista Labaña dice al respecto "... na Capella que he pequena ha hum retabolo de figuras de relevo, que na roim Esculptura mostra Sua velhice, cm hum nicho do meyo está a Imagem de nossa Sra. bem antigua, parece que esta assentada, e que tem o menino jesús no regaqo".Por encontrarse en el momento de realizar su descripción en el Santuario, resulta Labaña un testigo ocular de excepcional interés, aunque lamentablemente no especifique cuál es la naturaleza del material que nos ocupa. Sí apunta cómo la Virgen "parece" que está sentada, alu- diendo claramente a la cortedad de su talla notablemente pequeña y desproporcionado respecto de las cabezas y mano.Concuerda, pues, esta apreciación hecha en 1605, con la impresión objetiva de desproporción actual fácilmente apreciable, evidenciando la antigüedad de la talla y consiguiente cautela sobre las alusiones a esculturas anteriores o posteriores a dicha fechaLa acepción "Virgen de la Sierra", identificable por analogía con el terreno montañoso de aquellos otros lugares donde la imagen de la Virgen María se venera según este nombre, difiere de las demás por el hecho de ofrecer en esta original representación una sierra o utensilio característico en su mano derecha como emblema simbólico, convir- tiéndose por esta causa en motivo susceptible de controversia en cuan- to a su significado, puesto que no se conoce la antigüedad ni la razón por la cual presenta este objeto.Tesoros de la VirgenEntre las alhajas y tesoros de Nuestra Señora a los cuales hacen referencia distintos autores, se mencionan históricamente como más impor- tantes los siguientes:Un vaso de plata dorado de cuatro libras de peso, labrado primorosamente de granadas y piedras preciosas por los orfebres árabes, dona- do por el rey Fernando "El Católico'."' Este rey aragonés, muy devoto de la Virgen de la Sierra, visitó la Santa Casa y pernoctó en ella cuando, dis- frazado de mulero, pasó al reino de Castilla para contraer matrimonio con Isabel "La Católica"." Cumpliendo promesa, regaló el vaso o copa el año 1492 tras la toma de Granada, y según los testimonios había per- tenecido a Abu Abd-Alá," último rey moro de aquella ciudad. El rey Fernando ya había dado anteriormente a la Santa Casa un corazón de plata con sus armas reales de otras cuatro libras de peso, y un ternero blanco de tela de plata con preciosísimas cenefas, en las cuales se ha- bían bordado los escudos y armas de Castilla y Aragón.El prelado don Andrés Martínez,13 obispo de Tarazona, sana por intercesión de la Virgen de la Sierra y envía posteriormente, en agrade- cimiento, una rica corona de plata.Mosén Alfajarín, presbítero de Zaragoza al que la Virgen sanó de parálisis (s. XVI), regaló a la Santa Casa dos vinajeras de plata para su servicio."Don Diego Escolano," obispo de Tarazona, en sus descripciones del Santuario hace constar que en una de las dos sacristías que por aquellas fechas (aiío 1663) estaban dedicadas a guardar los diferentes ornamen- tos del culto, existían armarios donde se guardaban diversas joyas, jocalías" y presentes ofrendados a la Virgen, a saber: corazones, piernas, manos, ojos, anillos, pendientes, collares, cte., todos ellos en plata y oro. Sigue el obispo enumerando casullas de mérito y ángeles de talla que custodian las ofertas de los enfermos.Durante el año 1646 se hizo un recuento o inventario de los bienes de la Virgen en el que consta un gran número de singularísimas reli- quias. Muchas de esas donaciones y regalos han desaparecido, como, por ejemplo, una cajita de marfil y ébano que, según el testimonio, esta- ba en la sacristía guardando dos tesoros, consistentes en un velo de la Virgen Santísima y otro de San José. Igualmente, enumera cuatro cáli- ces de plata sobredorada, uno de ellos donación del obispo de Osma (Soria), don Juan de Palafox y Mendoza," en su visita al Santuario. Relaciona este inventario también una casulla de tela de plata con cene- fa de oro para oficiar el culto de la Virgen, donación del papa Clemente Vll," que por un lado llevaba escritas las letras "Clemens Septimus Pont. max.', y por el otro "Candor ilesus".Don Gerónimo de Lanuza," obispo de Barbastro (I-Iuesca), realizó la donación de un pectoral de oro guarnecido de esmeraldas.En el Archivo Diocesano de Tarazona hemos encontrado un manfiesto altamente ilustrativo. Transcribimos literalmente su contenido para evidenciar un proceso decadente denunciado por el desconocido autor del mismo: "... acerca de la Casa de Nuestra Señora de la Sierra no tengo de decir nada en particular.. sino solamente que tiene ne mucha necesidad de remedio y tambien excepto una cosa la cual nunca he podido digerir y es que en esta Santa Casa habia un caliz y patena de oro que lo habia dado la Casa de Morata y semejante dadiva era ocasion para que otras personas se aficionasen a ofrecerle cosas yjuntamente testifi- caba dicha joya cuan reverenciado y estimado ha sido siempre este Santuario y sin embargo de esto han vendido dicho caliz y patena de oro y cuando sea,verdad que habia deudas no habia otra traza para pagarlas que no fuera tan perjudicial.a la Casa pero en estos tiempos por estar entonces gobernando los susodichos "picaros" se habia de hacer tal cosa'.

El historiador y académico aragonés don Joaquín de Traggia (Zaragoza, 1748-1813), en su obra Aparato a la historia eclesiástica de Aragón (Madrid, 1792. Vol. 1. Págs. 270 en adelante), da cuenta, refi- riéndose a las medallas y objetos antiguos, de la existencia en el Santuario de una joya singularísima por su originalidad y valor arqueo lógico:

.. El hallarse algunas. bilingües, y con caracteres Romanos, como una que tengo de Ceisa, y una piedra pequeña ovalada, existente en el Santuario de nuestra Señora (le la Sierra, cerca de Villa Roya, Comunidad de Calatayud, y otras varias, prueban que se acuñáron en el tiempo de la dominación Romana", "... La piedra citada de nuestra Señora de la Sierra, que con otras quatro menores forma un cintillo á la Virgen, tiene esta inscripción.

La piedra es de color azul, que tira á pardo, y de la misma especie son las otras quatro que representan un Apolo, una Lucrecia, y dos Genios, y por,lel pequeño tamaño, y el grabado, parece sirvieron de ani- llos signatarios. Estas quatro carecen de letras, y la escrita es de doblada magnitud, y la séptima letra de la tercera linca, y la tercera de la última, no se conoce muy bien".

De las famosas nueve lámparas de plata que iluminaban constante- mente el altar Tayor de la Virgen (la última y mayor de ellas donada por el conde de Aranda),21 coronas yjoyas en general, así como de todo lo hasta ahora citado, nada ha quedado que pueda determinar su paradero; únicamente nos quedan los testimonios escritos con las sucintas des- cripciones y alusiones que hemos enumerado.

Posee la Virgen de la Sierra en la actualidad algunas sencillas alhajas personales donadas por los fieles. El escaso valor material de las mismas se ve ampliamente compensado por el simbolismo religioso y sentimen- tal que encarnan (anillos, pendientes, cruces, etc.). Asimismo, numero- sos exvotos cubren como antaño las paredes de entrada a su Capilla, y correspondiéndose con los colores litúrgicos tiene la Virgen todos los mantos: blanco (dos), azul, morado, rojo y verde.

Privilegios e indulgencias concedidos al Santuario de Nuestra Señora de la Sierra y a todos aquellos fieles que la visitan 'DETEN EL PASO Y MIRA PEREGRINO"." Este soneto, colocado actualmente en la puerta de entrada de la iglesia, abre el camino hacia el interior de la misma. Bajo él han traspasado el humbral generaciones de devotos, fieles romeros, peregrinos y visitantes, hallando en su inte- rior reconfortante alivio para el espíritu durante centurias. Prelados ilus- tres como don Lopc Femández de Luna, 11 don Juan de Palafox, don Andrés Martínez, don Diego Antonio Francés," o don Diego Escolano. Personalidades relevantes como el duque de Medinaceli, don Rodrigo Mendoza (señor de Morón), el conde de Aranda o la históricamente famosa visita de¡ rey Fernando "El Católico". Su nombre y fama, trascendiendo las fronteras del Reino de Aragón, fue'especialmente conocida en los Reinos de Castilla y de Navarra en favor de cuyos regnícolas realizó la Santísima Virgen numerosos mila- gros. Lógico es, por tanto, considerar que a tan célebre y visitado Santuario le fuesen concedidos privilegios, indulgencias y franquicias," que hiciesen posible su holgada supervivencia.

Don Joaquín López nos transmite el texto siguiente según la impre- sión recibida tras su visita (1790) al Santuario: "... Todo lo que hay en esta Casa, está probando, no solo antiguedad, sino la grande veneracion en que estuvo los siglos pasados. El edificio, las presentarlas, los quadros que se ven destrozados, y consumidos, los Retablos viejos, y dos grandes pergaminos que se hallan al entrar en la iglesia, y en los que se da noti- cia de las muchas Indulgencias concedidas á favor de los que visitan á la Virgen de la Sierra, son pruebas terminantes de lo dicho".

El privilegiado testigo da noticia a continuación de documentos extinguidos casi con toda seguridad, puesto que ni en el Santuario, iglesia parroquia, de Villarroya o archivos del Ayuntamiento de esta localidad, se conocen o se hace alusión a ellos en cualquier otro documento actual: '... Pondrémos una copia de los pergaminos dichos, porque ellos están yá para perecer á causa de su vejez, y uso, y ellos son un sumario de las gracias concedidas por los Sumos Pontifices, cuyos originales existen casi todos en el Archivo, que tiene dicho Santuario en el mismo

El Santuario de la Virgen de la Sierra lugar de Villarroya". Una gran parte...de este archivo -inexistente en la actualidad-, se perdió cuando el conde de Medinaceli, Gastón de la Cerda, tomó a sangre y fuego Villarroya en el año 1452, despareciendo casi todos los documentos originales referentes al Santuario que allí se encontraban. Comunica también don Joaquín López la lectura de estos documentos: "Copia de dos Pergaminos, muy viejos, que se conservan en la Hermita, 6 iglesia de la Virgen de la Sierra, sobre las pilas del agua bendita":

1º "El Papajuan XXII," ha concedido en 12 de Septiembre del año mil trescientos treinta y quatro, quarenta dias de Indulgencias á todos los Fieles, que visitasen la Imagen, y Capilla de nuestra Señora de la SIERRA, por devocion, ¿ casualidad, con tal que se confiesen, y comulguen qualquiera de los dias, y festividades siguientes'. (Continúa el docu- mento enumerando pormenorizadamente las citadas indulgencias). Sigue el 1 Pergamino: El Papa Paulo 11,11 concede el 10 de diciembre del año 1465 cien días de Indulgencia a cuantos siguiesen las normas dictadas para ello. El mismo Pontífice vuelve a conceder el año 1467, "... tres años, y tres quarentenas de perdon, á todos los Fieles, que con- curriesen á la manutencion, reparacion, aumento, etc., de la Casa, y Hospital de nuestra Señora de la Sierra ".Además, el Papa Paulo III concedió "... siete años, y siete quarentenas de perdon, á cuantos Fieles siguiesen sus normas. Dia 4 de noviembre de 1544".

2º El Papa Clemente VII concede el 20 de marzo del año 1530 cien dias de Indulgencias". Inocencio Vlll,-" concede "...cien dias de Indulgencias" el 6 de mayo de 1485 a todos los fieles que cumplan sus requisitos. "El Papa Adriano VI,-" en el año 1522 concedió siete años, y siete quarentenas de perdon de las penas". También concede el mismo Papa "... la facultad de tener reservado el Santísimo Sacramento en el Altar de nuestra Señora de la Sierra". Por último, hace constar el autor de la investigación y posterior publicación don Joaquín López, que todos los perdones, indulgencias y privilegios referidos son perpetuos, como así constaba en las Bulas origináles y documentos que se hallaban en el archivo. Este mismo doctor, acompañado de dos sacerdotes y dos seglares notables de la villa como testigos, encontró los manuscritos originales de todas estas concesionesjunto con otros muchos en el Archivo de la Casa de la Virgen de la Sierra, ubicado en Villarroya, arrinconados en un gran armario.Todavía bien tratada y en buen estado de conservación se encontraba en aquellas fechas de 1790 la Bula del papa Clemente VII. Contaba con catorce sellos de cera en hoja de lata pendientes de la misma Bula y de varias trenzaderas encarnadas.-12 Otra Bula de¡ Sumo Pontífice Inocencio VIII conservaba en aquel momento ocho sellos de cera. La concedida porjuan XXII conservaba trece sellos. La de Adriano VI dada en el palacio de La Aljaféría, extramuros de Zaragoza, el 24 de mayo de 1522, igualmente en buen estado de conservación con sus sellos céreos. Otras muchas encontradas no se pudieron leer y, por lo tanto, anotar o catalogar debido a su lamentable estado de deterioro. Sigue mencio- nándose otra Bula del papa Gregorio XIII,3-1 concedida el año 1566 con Indulgencia plenaria para quince años.

Existían también en el desaparecido archivo de la Virgen en la villa varios privilegios otorgados por personalidades ilustres: Don Pedro Velarde, comisario apostólico y general de la Cruzada, concede uno el año 1577; por él se da facultad para publicar ciertos perdones concedidos por el nuncio a los que visitan el Santuario. Existía otro pergamino fechado el 10 de diciembre de 1465 en el cual consta la concesión de cien días de indulgencias otorgadas por el cardenal Guillermo. Las mismas indulgencias fueron concedidas por otros nueve cardenales. Un nuevo pergamino o concesión en el que doce obispos dispensan cuarenta días de Indulgencia cada uno en el año 1334. A este mismo pergamino le añade don Lopc Fernández de Luna, arzobispo de Zaragoza, cuarenta días más de indulgencias el año 1353. Entre las concesiones civiles otorgadas a la Santa Casa y Hospital de Nuestra Señora de la Sierra, extraídas igualmente por don Joaquín López, se cita una copia legalizada por dos notarios, en pergamino, del privilegio concedido por el rey Carlos V 14 dado en Zaragoza a 10 de diciembre de 1518, autorizando la petición de limosna para la Virgen de la Sierra en los Reinos de Castilla, concediéndose libertad para sacar de estos Reinos hasta doscientas fanegas" de trigo sin pagar por ello ningún derecho de Aduanas, y penalizando con diez mil marave- dís,l a todo aquel que de alguna forma trate de impedirlo. Menciona otra copia legalizada -igualmente en pergamino-, confirmando dicho privilegio por el rey Felipe 11 11 el día 21 de enero de 1564 dada en Monzón (Zaragoza), y un privilegio otorgado por este mismo rey Felipe 11 el año 1569 por el que concede limosna para la Virgen de la Sierra por todo el territorio de la Corona de Aragón. Anteriormente, y a este respecto, el rey don Fernando "El Católico" ya había concedido en el año 1488 otro privilegio haciendo por él francos de peaje a los peregrinos.Independientemente de la fecha referen,ciada anteriormente en el libro de don Joaquín López con el primer dato de que tenemos noticia correspondiente al año 1334, la alusión más antigua al Santuario de Nuestra Señora de la Sierra encontrada por nosotros en documento escrito existente (sin clasificar) en el Archivo Parroquia¡ de Villarroya de la Sierra, pone de manifiesto la institución de] Privilegio de Rectoría,8 del Santuario por mandato del papa Paulo 11 el día 27 de junio del año 1466. El instrumento de Privilegio aludido en el documento, como tantas otras joyas del patrimonio, no existe en la actualidad o se encuentra en paradero desconocido.

Texto del documento:"Sea memoria que en 15 de julio de 1609 años el Sr. Bicario Mn. Pedro Lopez Mn. Juan Malanquilla y Mn. Geronimo de Aguirre como Clavarios de el Archivo de la iglesia de el Sr. Sn. Pedro de Villarroya reconocieron si estaba alli el Privilegio de la Retoria de Nuestra Señora de la Sierra de quanto la unio el Papa Paulo segundo con dicha iglesia de Villarroya y la hizo Retoria e hizo Retor al Vicario que es y por tiempo será y la hallamos alli: y queda en el archivo en la tabla mas alta de los estantes donde estan los Censales por sus meses y otras escrituras, y esto sirva de memoria para los presentes y venideros. Assi mismo ay otro Acto juntamente con el Privilegio de el Papa, que es de el Abad de Piedra llamado Fray Pedro Serrano a quien mandó el dicho Papa viniesse a Villarroya á informarse, si era assi como a su Santidad avian infor- mado de parte de la Casa de Nuestra Señora, y haviendo hallado ser as¡ todo lo que al Papa avian informado con- autoridad Apostolica que le dio su Santidad la hizo Retoria el año mil quatrocientos sesenta y seis á heinte y siete de junio: testigos Frayjuan Paés de el dicho Monasterio de Piedra de el Orden de el Cister y Domingo Perez de Ruesca natu- ral de el mismo Pueblo de Ruesca. Notario Nicolas Vernat vezino de Calatayud y en sus Notas tiene copia de el mismo Acto. Esta assi mismo la Aprovación de el Sr. Vicario General de Calatayud Dn. Martin de Verenguer de Daroca que se hall¿> presente en Villarroya con el dicho Abad de Piedra quando la hizo Retoria el dicho Abad por Mandado de el Papa y esa dicha aprovacion de el Vicario General juntamente con el dicho Acto de Retoria de dicho Abad de Piedra". Estamos así ante la escritura que enlaza o demuestra cómo o cuándo, posiblemente, el Santuario se independizó de los canónigos del Sepulcro de Calatayud, a cuya Orden había hecho donación del mismo Alfonso 1 "El Batallador" a principios del siglo XII; o bien, cómo por la ascendente relevancia de sus cometidos llevados a cabo con cierta independencia de la iglesia de Villarroya, el papa une definitivamente el Santuario a ésta, para que los administre con plena capacidad y garantía. Ciertamente, la concesión de tan gran cantidad de favores por parte de las más altas jerarquías civiles y eclesiásticas, tan parcas y escasas en sus concesiones durante estas épocas, es' de los más firmes e irrefutables testimonios que autentifican la enorme importancia religiosa y proyección socio-cultural que durante varios siglos mantuvo el Santuario, Casa, Hospedería y Hospital de Nuestra Señora de la Sierra.'

Gozos

Desde tiempo inmemorial existe la costumbre de cantar las alabanzas de jesús, María y los Santos en las fiestas solemnes. Estos cantos, llamados Gozos," son una forma de liturgia popular que se practica en actos de devoción colectiva como Patronos, Procesiones, Romerías, Novenas, Trisagios, cte., y fonnan parte en cierta manera de la ceremonia. Esta peculiar manifestación expresada en lengua castellana es carac- terística de Aragón y Navarra, siendo lógica, por tanto, debido a la antigúedad e importancia de¡ Santuario, la existencia de Gozos en honor de la Virgen de la Sierra; consultados los cancioneros de Mingote, Arnaudas y Mur, no encontramos, sin embargo, referencia ni mencion al respecto. Ha sido el trabajo de campo el que nos ha permitido hallar los siguientes Gozos que se interpretan en el Santuario de la Sierra y que - como es caracterísúco- han mantenido la música que transcribimos por tradición oral, habiéndonos sido dictada amablemente por doña Carmen Millán Gracia (Villarroya de la Sierra) y don Félix Gormaz Torcal (Calatayud).

Como se puede observar, las melodías recogidas son sencillas, pero muy interesantes, puesto que los giros melódicos son expresivos y con- servan la antigúedad de los sistemas melódicos modales (tetrardus plagal [N.' 2 Calatayud] y deuterus [N.º 3 copla de Villarroyal), apreciándose un arcaismo medieval también en la melodía N.º 1 (Villarroya) qué conserva aromas de canto gregoriano y que, como las anteriores, son posiblemente buenos ejemplos de la música popular más antigua donde se encuentran las verdaderas raíces de la tradición.

Las tres mantienen el estilo silábico, y en el caso de la N.º 1 (Villarroya de la Sierra) también el ritmo libre. Ateniéndonos a la forma, sólo podemos considerar Gozos los números 1 y 2, que presentan particularidades muy interesantes.

La letra de los Gozos, en general, suele estar impresa aproximadamente desde el siglo XVIII; en nuestro caso, el texto que presentamos está editado, citándose como muy antiguo en el libro del doctor don Joaquín López Hemandad Espiritual. Breve Historia y Novenario de la Virgen Santísima, baxo el nombre de la Siema. Pamplona, 1790. En cuanto a la música, queda siempre confiada a la memoria de los fieles, y se le aplican diferentes letras. En este punto encontramos la pri mera peculiaridad, puesto que observamos que el texto referenciado en las páginas 58 y 59 se aplica a dos líneas melódicas bien diferenciadas entre sí como son las de Villarroya y Calatayud (N.01 1 y 2). Hoy en día, sólo los fieles de Calatayud construyen -die forma espontánea letras para la ocasión que aplican a la melodía N.º 2. El texto que incluimos presenta también características interesantes. Los Gozos generalmente tienen una estructura bien definida: una cuar- teta octosilábica que sirve de Introducción seguida de una Estrofa com- puesta por una sucesión de ocho versos, siendo los dos últimos (7.º y 8.º) los mismos que rematan la cuarteta introductoria, recibiendo el nombre de Respuesta. En el caso de los Gozos de la Virgen de la Sierra que incluimos, curiosamente la Estrofa no es de ocho, sino de diez versos octosilábicos, componiendo los dos últimos (9.º y 10.11) la llamada Respuesta.Las rimas están siempre en consonante. Estructuralmente, por tanto, conforma un discurso compuesto por:

Integrados por ocho estrofas, señalaremos también la singularidad de que el final está constituido (al igual que en la Introducción pero con otro texto), por una cuarteta, siempre con el añadido de la Respuesta para terminar. En último caso (N." 3) hemos recogido una melodía que no pode- mos considerar como Gozo, puesto que formalmente no responde a la estructura típica, y además se interpreta de forma responsorial (solista y coro) en el comienzo y final de la misa. Esta Copla la interpreta el pueblo de Villarroya de la Sierra en las romerías al Santuario.

La forma que presenta es la de cuartetas repetidas cada dos versos. La primera vez toma la iniciativa el solista entonando el primer y segundo versos, y le responde el coro general repitiendo literalmente; el ter- cer y cuarto versos son entonados entonces por el solista y repetidos por el pueblo como hemos descrito, entonando así cuantos textos propone el solista, que actúa en ocasiones espontánea e improvisadamente.

Las letras son alegóricas a la Virgen, y su antigúedad es incierta. Como en los Gozos de Calatayud, la fantasía de los fieles hace posible que la devoción popular siga componiendo en la actualidad rimas para la ocasión que son muy accesibles para los participantes (coro) por su forma de respuesta. Los textos recogidos (Copla nº 3) están seleccionados entre los que se consideran popularmente como más antiguos, y observamos que algunas cuartetas son asonantes. Como ya hemos indicado, su línea melódica es netamente modas (segundo modo gregoriano). Particularmente situamos la posibilidad de la producción literaria de los Gozos durante los siglosXVI y XVII, por ser en esta época cuando se advierte entre los sacerdotes beneficiados de la iglesia parroquias y gentes de Villarroya" un movimiento religioso-cultura¡ y poético-musical en particular de gran alcance. Así, nos basamos en datos como los que apuntamos a continuación para sustentar nuestra tesis:

Data de la primera mitad del siglo XVI el órgano barroco de la iglesia del señor San Pedro, fiel reflejo testimonial del momento, construido por Gonzalvo de Córdoba (año 1524) y reformado posteriormente por Mariano García, vecino de Calatayud, en el año 1830. Esta construcción, que podemos calificar como un acontecimiento histórico en la vida cultural y religiosa del lugar de Villarroya, permite elevar la pompa y circunstancia que acompaña los rituales de la Iglesia, introduciendo al pueblo en el mundo de la música instrumental litúrgica,43 a la vez que genera oficios permanentes inéditos en nuestra época en la villa como el de organista y manchador. El retablo del altar mayor llamado de San Pedro, por ser su imponente imagen la que lo preside, se manda construir en el año 1647, concertándose su precio en 2.500 escudos.' Se coloca en 1679 y se comienza a dorar en este mismo año quedando definitivamente terminado en 1703. Su importe total ascendió a 2.200 escudos. El tabernáculo que se encuentra delante de dicho retablo se mandó construir en el año 1671 y su coste fue de 440 escudos, colocándose y dorándose en 1673. El tiempo empleado en dorar este retablo fue de cinco a seis años, tar an se tanto tiempo en acabar debido a las interrupciones frecuentes y largas que tuvieron lugar, si bien se ignoran las causas. Consta de tres cuerpos y su estilo es churrigueresco o barroco español

El constructor de ambas obras fue don José de Torres, y sus doradores don Felipe Ortiz, vecino de Zaragoza, autor del retablo mayor; don Próspero Florén y don Juan Zapata, maestros de Calatayud, autores del tabernáculo. Ascendió el importe de todo ello a 580 escudos. El retablo de Nuestra Señora del Pilar, del mismo estilo churrigueresco que el retablo mayor, fue donado por el constructor don José de Torres, colocándose en 1681. El retablo de la Soledad se colocó en 1681, costando 901 escudos y se doró en 1685 por importe de 601 escudos.

Siguiendo este orden de acontecimientos religiosos, la Cofradía de la Soledad de la Virgen María se funda en 1627 con la aprobación del licenciado Marcos Valenzuela, vicario general de la ciudad de Calatayud. Asimismo se instituye la Cofradía de las Almas del Purgatorio en 1672 y la de San Antonio Abad, que en 1686 es reconocida por el doctor Próspero Arévalo, vicario general de Calatayud. Por documentos del Archivo Parroquial, de Villarroya sabemos que existían ya durante el siglo XVII dos iglesias en el lugar: la conocida del señor San Pedro y Santa María de Mediavilla,47adernás de las ermitas de Nuestra Señora de la Sierra, Orcajol --dedicada a la Virgen de la Manzana-, Vadillol -en honor a la Santísima Trinidad-, San Bartólomé, San Blas 1 y San Sebastián todas. ellas situadas en los términos del municipio. En el orden literario, aparece editado el libro en verso sobre los milagros de la Virgen de la Sierra La Semana Celestial cuyo autor, beneficiado de la iglesia parroquial, Mosén Juan Melendo, se conforma hipotéticamente, por su doble condición de sacerdote y poeta de encendida rima, como el más firme candidato -a nuestro juicio- para ser el creador del texto de los inspirados Gozos. Hay también otros beneficiados entre los cuales se resume el saber de la época, algunos aportan en el prólogo de este mismo libro inspiradas composiciones poéticas alusivas a la Virgen de la Sierra y al autor. Estos son: Mosén Gerónimo de Moros, Juan Malanquilla Palacios y Miguel Navarro Villava. En cualquiera de ellos podría encontrarse igualmente el origen de la letra de los celebrados Gozos de Nuestra Señora.

Texto y música de los Gozos que se cantan a la Virgen Santísima de la Sierra

Venerada en su Santa Casa y Hospital de la villa de Villarroya

Reina del cielo y la tierra,

Sagrada Madre de Dios, Señora, rogad por nos,

Virgen Santa de la Sierra.

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En esta casa sagrada,

y sin renta, hospital,

los pobres en general

tienen comida y posada:

de limosna sustentada

con milagro continuado,

y en año necesitado

nunca la puerta se cierra.

Señora, rogad por nos, etc

El Católico Fernando

le dió mucho privilegios,

y grandes dones Egregios

que están su templo adornando;

su devoción imitando,

se ven en él varios dones,

jubileos y perdones

para el pecador que yerra.

Señora, rogad por nos, etc.

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El Católico Fernando

le dió mucho privilegios,

y grandes dones Egregios

que están su templo adornando;

su devoción imitando,

se ven en él varios dones,

jubileos y perdones

para el pecador que yerra.

Señora, rogad por nos, etc.

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Cuando está de bronce el cielo,

piden agua propiamente

a esta Virgen que es la fuente,

llena de gracia y consuelo:

no se engaña su desvelo,

pues alcanza al que procura

agua de esta fuente pura;

que riega toda la tierra.

Señora, rogad por nos, etc.

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Los muertos cobran la vida,

los cautivos libertad,

los presos con soledad

hallan libre la salida,

y la nave, que afligida

naufraga, el peligro cierto,

con tu favor sale al puerto

del mal que a tantos encierra.

Señora, rogad por nos, etc.

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En la cumbre soberana

dió aviso cuando Lepanto,

oyó el Turco con espanto

la lengua de una campana;

el vencido, España ufana,

y la Campana es señal,

que esta Reina celestial

los enemigos destierra.

Señora, rogad por nos, etc

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Con veneración crecida

es frecuentada esta cumbre,

desde que con tanta lumbre

la Virgen fue apareciada:

Villarroya agradecida

le fabrica entonces casa,

cuya fama vuela y pasa

los términos de la tierra.

Señora, rogad por nos, etc

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Más que voz podrá cantar

los milagros y favores

que hace a los pecadores

esta Virgen singular:

que siendo estrella del mar,

sobre el Roble es atalaya,

teniendo el infierno a raya,

porque no nos haga guerra.

Señora, rogad por nos, etc.

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Peregrino, pues te guía

al Roble tu devoción,

mira bien con atención

en él a esta Virgen Pía:

si en ella tu amor confía,

tendrá seguro el favor

que a sus devotos su amor

dá cuantos bienes encierra.

Señora, rogad por nos, etc